El estilo neoclásico tuvo su desarrollo a partir de la excavación de las ruinas de las ciudades italianas de Pompeya y Herculano, en 1748. fue el historiador alemán Johan Winckelmann, quien alentó al estudio e imitación del estilo grecorromano, por sus formas ideales y duraderas. Este estilo se extendió a las artes decorativas. Ya en 1760, Robert Adam construyó muebles con motivos grecorromanos en Inglaterra. Posteriormente se introdujo en Francia, y fue adoptado por la corte de Luis XV. De las adaptaciones posteriores, surge el estilo Luis XVI. La porcelana de Sèvres en Francia y la cerámica de Wedgwood, en Inglaterra, pertenecen a dicho estilo. Los ambientes decorados con el estilo neoclásico, resultan de gran elegancia y equilibrio. Si bien surge en el siglo XVIII, su consolidación se da en el siglo XIX. Su característica es la moderación y la simplicidad de líneas. El mobiliario de inspiración grecorromana, combina con interiores bien proporcionados y formas claras. El gusto por la

El estilo minimalista es una tendencia arquitectónica que se destaca por su simplicidad a ultranza. Surgida en los años 60 en New York, tiene su origen en Europa, en el trabajo del arquitecto alemán de la Bauhaus Mies van der Rohe. Los principios minimalistas son: el uso de colores puros, dotar a las partes de importancia, el empleo de formas geométricas simples, construidas con precisión mecánica. Se trabaja con materiales industriales para diseñar superficies lisas. El producto resultante de este estilo provoca sensación de limpieza. Se da gran importancia al espacio y a los materiales, enfocado en las formas puras y simples. Este estilo tiende a la monocromía, para techos, paredes y pisos. El toque de color está dado por los accesorios. El color blanco y todas sus tonalidades tienen el protagonismo en el estilo minimalista. Las telas prescinden totalmente de los estampados, se emplean los colores puros, con lo cual se crea una sensación de modernidad. Incorpora el uso de materiales

El estilo de decoración futurista tiene su antecedente en el movimiento del mismo nombre, surgido en la primera mitad del siglo XX, fundado por Marinetti, donde se postula que la tecnología es más hermosa que las obras de arte. La velocidad, la irracionalidad y los instintos, son la consigna. La fragmentación de volúmenes y las líneas, son algunos de los objetivos. Esta tendencia se manifiesta como una necesidad de dejar atrás los estilos tradicionales, para buscar la tecnología y el confort que los nuevos materiales y diseños pueden brindarnos. Esta decoración incluye toda la línea de electrodomésticos de última generación, para complementarse con mobiliario de diseñador, y objetos decorativos artísticos. El estilo de decoración futurista propone el uso de nuevos materiales, colores y nuevos diseños, atendiendo a criterios ergonómicos y tecnológicos. Esta propuestas revolucionarias, permiten dar nueva forma a los elementos decorativos de nuestro hogar. Diseños espectaculares y atrevid

Qué experiencia tan interesante se vuelve la visita a casa de un amigo, conocido o familiar, cuando nos damos cuenta de que es una persona de gustos y cuyo ambiente se siente uno como si estuviera en su propia casa, no importa que no sea el mismo estilo de vida que uno tiene. La decoración en nuestra vida es un sello personal y le da una idea exacta a otras personas, de quienes somos, de aquello que nos gusta y de lo que más nos sentimos o queremos llegar a ser en nuestro ambiente; parece mentira, pero esta es una gran verdad, ya que nuestra esencia se encuentra en ese espacio en el cual convivimos diariamente. Si logramos colocar los diferentes elementos, tales como muebles, accesorios, tapetes, obras de arte y otros objetos de una forma armónica y tratando de tener un equilibrio, lo primero que logramos es crear una sensación agradable a la vista, lo segundo es la calidez y por último, una apertura a quienes nos visitan para permanecer en ese lugar diferente al que ellos pueden estar